La opinion de M. Chervin
En los tiempos en que conducía mi Fiat Strada y la metí un par de veces a la playa a pura fuerza y patadas descubrí el placer de conducir fuera del camino, pero claro estaba muy limitado y como siempre tuve vehículos Fiat, era natural la transición a la Toro y sin dudas quería la Volcano, la de de la publicidad, la que tiene las levas al volante.
Así como la compré, a las 3 semanas me fui a una travesía multimarca y la pase realmente mal, no pegaba una, los guías no conocían mi camioneta y yo tampoco! Al volver de ese viaje, fue casi instantáneo encontrar al Toreros Club Oficial y anotarme para ir a una travesía con ellos, de verdad quería conocer la bestia que compre, pero no podía domar.
Fue cuestión de ir a la primera travesía para descubrir no solo que lo estaba haciendo todo mal hasta ese momento, sino también entender exactamente el producto que compre. Encontrar gente genial con quien ya a esta altura hemos recorrido miles de kilómetros juntos por los lugares más espectaculares del país, desde trepar por los médanos para poder bajar el majestuoso médano blanco hasta subir a la cima de la mina la mejicana en la rioja. Siempre cuidando el vehículo, conociendo sus límites, comiendo espectacularmente y con la guía de Alejandro y Norberto hacen que hasta la maniobra más complicada de todas parezca un trayecto por la autopista.